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A través del juego, los niños no sólo se divierten
sino que aprenden, hacen e imaginan. Cada vez que usan un objeto para
simbolizar en sus juegos que es otra cosa, o que alimentan muñecos, o
cualquier tipo de juego simbólico imaginativo, es mucho más que simple
entretenimiento.
En este proceso se están construyendo capacidades esenciales en su desarrollo. ¿Cuáles son esas capacidades?
- Capacidades sociales y emocionales. El juego
simbólico le permite al niño experimentar con diferentes roles sociales.
A través del juego cooperativo aprende a esperar turnos, compartir
responsabilidades y solucionar problemas. Cada vez que tu hijo juega a
ser diferentes personajes, experimenta el estar en el lugar de otra
persona, lo cual desarrolla su sentido moral y de la empatía. A través
de la maduración de estas capacidades a través del juego simbólico, tu
hijo aprenderá a entender los sentimientos ajenos y también a
desarrollar su autoestima al descubrir que puede ser o hacer cualquier
cosa que imagine.
- Capacidades del lenguaje. Si prestas atención a
cuando tu hijo juega con sus juguetes le escucharás decir muchas frases y
palabras nuevas. Incluso encontrarás tus palabras reflejadas en su
juego. El juego simbólico enseña al niño el poder del lenguaje y
practica las palabras que hacen falta para organizar una situación y
crear una historia. En este proceso hará la profunda conexión entre
lenguaje hablado y escrito- una capacidad que luego lo ayudará en su
aprendizaje de la lectura.
- Capacidades del pensamiento. En sus situaciones de
juego simbólico, el niño resuelve problemas constantemente. Tanto sean
dos niños creando una historia que quieren representar al mismo
personaje, o si tiene que pensar con qué objeto representar un mueble de
la casita de muñecas, sus capacidades cognitivas y de pensamiento están
en movimiento durante todo su juego, capacidades que usará toda su
vida.
Consejos para alentar el juego simbólico:
- Cajas de cartón grandes para crear casitas y muebles
- Ropa, calzado, bolsos y sombreros en desuso para disfrazarse
- Viejos objetos del hogar en desuso como teléfonos y revistas
- Utensilios de cocina, recipientes, flores de papel
- Muñecos y peluches
- Telas, mantas y sábanas para armar fuertes y disfraces
- Monedas y billetes antiguos o extranjeros, tickets de avión viejos, fotos y postales