jueves, 27 de febrero de 2014

Juguetes didácticos


El juego es la actividad por excelencia de los niños. Aparte de su función recreativa, cumple un rol vital en su formación y estimulación. Los juguetes didácticos para niños potencian aún más su desarrollo intelectual, psicológico, motriz y favorece su integración social.
Si bien todas las culturas reconocen la importancia del juego en el desarrollo infantil, la teoría de los juguetes didácticos cobró fuerza a finales del siglo XX. Fue Karl Groos quien definió al juego como un ejercicio preparatorio para que de forma instintiva el niño adquiera comportamientos adaptados para resolver situaciones en su vida adulta.
La principal diferencia radica en que un juguete es cualquier elemento que el niño usa para jugar, mientras que los juguetes didácticos se enfocan particularmente en enseñarles mientras juegan.
Los juguetes didácticos deben cumplir con una serie de particularidades:
  • Debe corresponder con la edad y el nivel evolutivo del niño o niña, así como con su personalidad. 
  • Contribuir al desarrollo de su cuerpo y sus sentidos, además de fomentar su habilidad manual y mental. 
  • Ayudar a desarrollar diferentes esquemas de socialización y trabajo.
Las principales características de los juguetes didácticos son:
  • Participar, interactuar con el juguete, imaginar nuevos usos y ser creativo. 
  • Descubrir nuevos colores, sonidos e interesarse por el mundo que lo rodea. 
  • Sentirse estimulado a recrear ambientes y situaciones. 
  • A través de la imitación; relacionarse con su entorno, manifestar su afecto y exteriorizar sus instintos. 
Como ya se señaló a la hora de elegir juguetes didácticos se debe tener en cuenta su edad, sino se corre el riesgo que no cumpla con su función pedagógica.

Algunos consejos a tener en cuenta cuando se compran juguetes didácticos:
  • Hasta los los juguetes deben ayudarles a descubrir su cuerpo, así como a distinguir colores, formas y texturas (sonajeros, móviles, muñecos de goma).seis meses
  • A partir de los siete meses el bebé ya comienza a distinguir voces y a explorar los objetos. Una buena idea son los muñecos de trapo, los puede manipular a su antojo sin temor a lastimarse. 
  • A partir de los trece meses ya saben andar y reconocen las propiedades de los objetos. Le resultarán muy entretenidos los juguetes didácticos como cubos para armar y apilar. 
  • Desde los 19 meses hasta los dos años el niño aprenderá a hablar y a descubrir su entorno. Resultan muy estimulantes los cochecitos, las pinturas y los instrumentos musicales. 
  • Entre los dos y tres años el niño siente curiosidad por los nombres e imita las escenas del entorno familiar. Las niñas querrán jugar a las mamás con sus muñecas y los niños imitar alguna tarea que realice su padre. 
  • A partir de los tres años el niño ya comienza a interactuar con sus amigos, aprende letras de canciones infantiles. Resultan ideales los cuentos infantiles, las pizarras y las marionetas como juguetes didácticos.

jueves, 20 de febrero de 2014

La importancia de los juguetes educativos

 
Por Rosa Francia EsqueaEs muy importante  que los padres piensen en la utilidad de los juguetes educativos  para los niños porque,  a la vez que entretienen, los ayudan al desarrollo de  sus destrezas psicomotoras  y  a que sean más creativos.
Hay diversos juguetes que corresponden a esa categoría  con los cuales aprenden, de manera divertida, ciencias, matemáticas, lenguaje, geografía y otras disciplinas. Y algo muy importante: los conocimientos adquiridos de esa manera no se olvidan.
Otro aspecto muy interesante es que no solamente los infantes  disfrutan, sino que pueden integrar a los  padres, compañeros de escuela, amiguitos y hasta otras personas adultas en esas actividades lúdicas.
Los juguetes educativos vienen en diversidad de formas, dimensiones y colores. Igualmente varían en cuanto a su complejidad, de acuerdo  a la edad del niño.
Pero seleccionar un juguete de esta naturaleza conlleva tiempo, porque no todos responden al gusto y al interés del niño;  igualmente, hay que tener claro cuál es el  área que se pretende desarrollar  o la habilidad que se quiere reforzar, teniendo en cuenta que  cada persona es diferente y que los métodos de aprendizaje no  funcionan de igual manera en todos.
Por ejemplo, habrá niños que quizá necesiten que  se les fomente la imaginación, mientras  otros pueden requerir  un juguete que les ayude a superar algunas debilidades, bien sea en lo personal  o con alguna asignatura. Otra alternativa que disfrutarán los pequeños es algo que responda a  sus intereses particulares.
También se debe tomar en cuenta   el hecho de que al niño o la niña del vecino o de los amigos le haya dado resultado un juguete en especial no quiere eso decir que ocurrirá lo mismo con el nuestro, porque, como expresamos, cada uno es diferente.
Durante  los primeros años de edad, cuando el niño todavía es preescolar, se recomienda comprarle juegos  que estimulan los sentidos, sobre todo la vista y el tacto,  y la imaginación.
En esa etapa la mente de los niños está fresca y asimila rápida y fácilmente  los conceptos. Para ellos hay  muchos juguetes  de  armar figuras, como casas, que vienen  en  diferentes formas, tamaños y colores.  También están los juegos de arcilla,   números, letras y juegos magnéticos.
Hay libros que tienen dibujos y cubiertas especiales para que desde temprana edad el niño se relacione con la lectura. Algunos de ellos traen discos con canciones  y la  narración de los cuentos.
Hay juguetes electrónicos, provistos de botones para hacerlos funcionar, que ayudan al pequeño a desarrollar habilidades motoras y de coordinación. Pero hay que hacer una cuidadosa selección de acuerdo a la edad cronológica y mental del niño. No es bueno adquirir un juguete para guardarlo porque todavía el niño no está en capacidad de manipularlo.
Para los más grandecitos, son ideales los juguetes interactivos, es decir, que deben jugarlos a manipularlos con otros. Eso les  ayuda con el aprendizaje y las relaciones sociales.
En ese rango están los rompecabezas, los juegos de ordenadores, los equipos de ciencias: física, química, biología y matemática, microscopios y  telescopios, que los ayudan a entender y a explorar el maravilloso mundo de los microorganismos y del espacio.
Para asegurarnos del éxito en la adquisición de un juguete de éstos  los expertos recomiendan llevar al niño a la tienda y mostrárselo para ver la reacción y el interés que despierta  y adquirirlo ya convencido de que le gusta, de que va a jugar con él y su compra no será una inversión en vano, porque por lo regular éstas son mercancías costosas.
También aconsejan leer las instrucciones del fabricante y buscar orientaciones con educadores y psicólogos para una un mayor acierto.

¿Cómo se  clasifican?
Los juguetes educativos se clasifican en tres grandes grupos: los técnicos, con los cuales el niño a la vez que juega,  arma y desarma, ejercita su habilidad manual e intelectual.
El juguete creativo es el que   refuerza y desarrolla su gusto por el arte; en ese tenor están los set de pintura, caballetes, acuarelas,  lápices de colores, pinceles, tijeras, figuras para armar, arcilla, masilla,  mosaicos y  juegos desmontables.
Por último están los juegos de mesa, como el  monopolio, el dominó, damas, parchés,  y otros en los cuales se pone a prueba la destreza mental  o  capacidad de razonamiento, la habilidad y otras cualidades.
Estos juegos también ayudan a inculcar en los niños y jóvenes el sentido de riesgo y la responsabilidad en el cumplimiento de las normas del juego.

viernes, 14 de febrero de 2014

Que es el objeto transicional?

Es habitual que los bebés sientan especial cariño por un objeto en particular al que se encuentran muy aferrados. Es el llamado objeto transicional, también conocido como objeto de consuelo u objeto de apego.
Puede ser un muñeco, un peluche, un osito, una mantita, un camisón, una almohadita, una sábana, un cojín, un chupete, etc. Generalmente, es un objeto de textura suave, lo que nos recuerda la teoría de la madre suave, que habla de la necesidad innata de las crías de apegarse a un objeto suave para sentirse protegidos.
El objeto transicional se vuelve tan importante en la vida del pequeño que le acompaña durante la mayor parte del día, lo busca cuando necesita consuelo y se vuelve imprescindible a la hora de dormir. Es algo que le brinda seguridad. Representa el apego que el bebé siente con sus padres y le ayuda a controlar la ansiedad de la separación, etapa en la que el bebé comienza a experimentar que es un ser independiente a su madre.
El término de objeto transicional ha sido creado por el psicoanalista Donald Winnicott para definir “la primera posesión no-yo”, aquellos objetos que aparecen en una zona intermedia entre lo subjetivo y lo que se percibe de forma objetiva. No forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior.
Veamos algunas características del objeto transicional:
  • El niño lo elije arbitrariamente. Por más que se intente imponer un objeto determinado, es sólo el pequeño quien decide cuál es su objeto especial. No importa que sea el más bonito o el más llamativo. Por algo inexplicable es el preferido.
  • Tiene un olor especial. Debido a su manipulación (el bebé lo muerde, babea, arrastra, lo abraza, duerme con él) ese objeto tiene un olor particular muy especial para el bebé. Se recomienda no lavarlo para no borrar esa huella. De hacerlo, porque las condiciones sean lamentables, recomiendo hacerlo discretamente. Por experiencia propia no aconsejo que el niño vea a su peluche preferido dentro de la lavadora; para ellos es como si lo estuviésemos torturando o algo por el estilo.
  • Tiene que ser ese y no otro. El objeto transicional no debe cambiar a no ser que sea el bebé quien decida destituirlo como objeto especial y pasarle los poderes a otro. Aunque le compremos un muñeco exactamente igual, querrá ese que ha elegido. Mi hija pequeña tiene adoración por un bebé en especial, aunque tiene tres (todos con el cuerpo de tela, los de cuerpo duro no le gustan) tiene predilección por el primero que ya está semidestrozado y muy sucio. Aunque le han regalado otros, los nuevos han pasado a ser juguetes, pero el original es su “bebé especial”.
  • Es un compañero fiel. El niño no se separa de él. Lo lleva a todos lados, a la guardería, de paseo, a la cama, en el coche. Permanece siempre a la vista y al alcance del niño. No puede faltar y si se pierde, es motivo de profunda tristeza.
No todos los niños adoptan un objeto transicional en su infancia. El proceso emocional es diferente en cada niño, por eso algunos necesitan aferrarse a un objeto mientras que otros no. Para algunos, el objeto transicional es la propia madre, para otros puede ser la madre y el objeto.
Hay niños que en lugar de objetos especiales adoptan conductas especiales. A parte de los objetos, también se habla de “fenómenos transicionales”, conductas muy habituales en los niños pequeños como chuparse el pulgar, acariciarse el pelo, repetir una melodía para dormirse, pedir la mano, o como mis hijas, meter mano en la teta de mamá.
Estas conductas transicionales pueden comenzar a partir de los 4-6 meses y durar hasta los 3-4 años cuando el niño ha adquirido mayor control de los miedos de abandono, comienza a ser más independiente e inicia su vida social. Puede que use su objeto de apego de forma continuada o que recurra a él cuando atraviese por una etapa de ansiedad como el nacimiento de un hermanito, una mudanza o la separación de los padres.
En cualquier caso, que el niño adopte un objeto transicional es absolutamente normal, signo de un correcto desarrollo psíquico y no se debe interferir ante él.

jueves, 6 de febrero de 2014

Muñecos: la importancia del juego en la infancia El juego es una actividad, además de placentera, necesaria para el desarrollo cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño. El juego espontáneo y libre favorece la creatividad del niño y fomenta su maduración. Los niños tienen pocas ocasiones para jugar libremente. A veces, consideramos que "jugar por jugar" es una perdida de tiempo y que sería más rentable aprovechar todas las ocasiones para aprender algo útil. No obstante, por medio del juego, los niños empiezan a comprender cómo funcionan las cosas, lo que puede o no hacerse con ellas, descubren que existen reglas de causalidad, de probabilidad y de conducta que deben aceptarse si quieren que los demás jueguen con ellos. Los juegos de los niños deberían considerarse como sus actos más serios, decía Montaigne. El juego espontáneo está lleno de significado porque surge con motivo de procesos internos que aunque nosotros no entendamos debemos respetar. Si se desea conocer a los niños -su mundo consciente e inconsciente- es necesario comprender sus juegos; observando éstos descubrimos sus adquisiciones evolutivas, sus inquietudes, sus miedos, aquellas necesidades y deseos que no pueden expresar con palabras y que encuentran salida a través del juego. Juego y realidad: valor del juego simbólico (juego de ficción) Los tipos de juegos de los niños muestran su evolución: - En la etapa de adquisición de las capacidades sensorio-motrices, se recomiendan juegos funcionales, juegos de acción, de sensaciones y movimientos. - En las primeras etapas del pensamiento del niño, en el que empieza a pensar en realizar operaciones concretas, son recomendables los juegos de ficción, simbólicos o de representación. La importancia del juego en la infancia - En la etapa del pensamiento formal y la concentración, los mejores son juegos reglados y estructurados, de deporte, competición. Además, el juego simbólico o de ficciónes el más apreciado; obligado a adaptarse a un mundo social adulto y a una realidad física que aún no comprende, el niño necesita inventarse su propio mundo a partir de aquello que vive, pero traduciéndolo a un lenguaje simbólico, personal, con el que adaptar ese mundo externo a sus necesidades. Por medio del juego de ficción el niño asimila poco a poco ese mundo externo, lo elabora y se adapta a él en un proceso continuo de maduración. Juego y desarrollo intelectual Los niños empiezan a usar símbolos desde el segundo año de vida (por ejemplo, al señalar un perro diciendo "guau" o al hacer como si bebiera de una taza), repitiendo actuaciones que han visto en adultos, representando sucesos que han vivido o imitando el funcionamiento de determinados objetos. En ese imitar del niño se produce la asimilación de las situaciones y relaciones que observa en el mundo que le rodea. Parte de modelos concretos para, más adelante, llegar a la concentración. La función simbólica es una meta para la representación común al juego y a otras actividades humanas como el lenguaje. Cuando falla la adquisición y utilización de la función simbólica (afasia, autismo, deficiencia mental...) se advierte la importancia de la misma en la maduración personal y la necesidad de potenciar en la infancia la práctica del juego espontáneo para que puedan lograrse los niveles adecuados en cada etapa evolutiva. Juego y personalidad A veces, determinadas dificultades, que quizá parecen insuperables para el niño, pueden hacerse frente por medio de los juegos, siempre que se aborden a su modo y planteando de uno en uno los aspectos del problema. La importancia del juego Los celos por el nacimiento de un nuevo hermano, por ejemplo, es un tipo común de conflicto, que suele aparecer enmascarado en los juegos como reacción a procesos internos que el mismo niño desconoce, pero que le ayudarán a aceptar esa realidad, al representarse el problema de una forma nueva y grata para él, como cuando trata a su muñeco del mismo modo que él quiere ser tratado o cuando reacciona en su juego como querría haberlo hecho en la realidad. En el juego se da una adaptación entre lo imaginable (todo es posible) y lo permitido (reglas de conducta), en la que el niño tiene tiempo de aprender lo que es factible y correcto mientras permite una salida airosa a sus impulsos. El juego es una actividad imprescindible - El juego es necesario para el desarrollo intelectual, emocional y social. - Permite tres funciones básicas de la maduración psíquica: la asimilación, comprensión y adaptación de la realidad externa. - Exige ofrecer al niño el tiempo y los medios favorables para que lo pueda realizar a su modo. - Favorece las adquisiciones sociales tempranas, las habilidades de comunicación social. Es una preparación para la vida adulta. - Como conducta exploratoria, impulsa la creación de campos de acción y la creatividad. - Tiene un sentido para el niño. Cuando se le interrumpe cualquier juego, se le priva del desenlace de un argumento creado por él mismo con una finalidad que no siempre alcanzamos a comprender. Información elaborada por el Ministerio de Educación y Cultura Español

El juego es una actividad, además de placentera, necesaria para el desarrollo cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño. El juego espontáneo y libre favorece la creatividad del niño y fomenta su maduración. Los niños tienen pocas ocasiones para jugar libremente. A veces, consideramos que "jugar por jugar" es una perdida de tiempo y que sería más rentable aprovechar todas las ocasiones para aprender algo útil.
No obstante, por medio del juego, los niños empiezan a comprender cómo funcionan las cosas, lo que puede o no hacerse con ellas, descubren que existen reglas de causalidad, de probabilidad y de conducta que deben aceptarse si quieren que los demás jueguen con ellos. Los juegos de los niños deberían considerarse como sus actos más serios, decía Montaigne.
El juego espontáneo está lleno de significado porque surge con motivo de procesos internos que aunque nosotros no entendamos debemos respetar. Si se desea conocer a los niños -su mundo consciente e inconsciente- es necesario comprender sus juegos; observando éstos descubrimos sus adquisiciones evolutivas, sus inquietudes, sus miedos, aquellas necesidades y deseos que no pueden expresar con palabras y que encuentran salida a través del juego.

Juego y realidad: valor del juego simbólico (juego de ficción)

Los tipos de juegos de los niños muestran su evolución:
- En la etapa de adquisición de las capacidades sensorio-motrices, se recomiendan juegos funcionales, juegos de acción, de sensaciones y movimientos.
- En las primeras etapas del pensamiento del niño, en el que empieza a pensar en realizar operaciones concretas, son recomendables los juegos de ficción, simbólicos o de representación.

- En la etapa del pensamiento formal y la concentración, los mejores son juegos reglados y estructurados, de deporte, competición. Además, el juego simbólico o de ficciónes el más apreciado; obligado a adaptarse a un mundo social adulto y a una realidad física que aún no comprende, el niño necesita inventarse su propio mundo a partir de aquello que vive, pero traduciéndolo a un lenguaje simbólico, personal, con el que adaptar ese mundo externo a sus necesidades. Por medio del juego de ficción el niño asimila poco a poco ese mundo externo, lo elabora y se adapta a él en un proceso continuo de maduración.

Juego y desarrollo intelectual

Los niños empiezan a usar símbolos desde el segundo año de vida (por ejemplo, al señalar un perro diciendo "guau" o al hacer como si bebiera de una taza), repitiendo actuaciones que han visto en adultos, representando sucesos que han vivido o imitando el funcionamiento de determinados objetos. En ese imitar del niño se produce la asimilación de las situaciones y relaciones que observa en el mundo que le rodea. Parte de modelos concretos para, más adelante, llegar a la concentración.
La función simbólica es una meta para la representación común al juego y a otras actividades humanas como el lenguaje. Cuando falla la adquisición y utilización de la función simbólica (afasia, autismo, deficiencia mental...) se advierte la importancia de la misma en la maduración personal y la necesidad de potenciar en la infancia la práctica del juego espontáneo para que puedan lograrse los niveles adecuados en cada etapa evolutiva.

Juego y personalidad

A veces, determinadas dificultades, que quizá parecen insuperables para el niño, pueden hacerse frente por medio de los juegos, siempre que se aborden a su modo y planteando de uno en uno los aspectos del problema.

Los celos por el nacimiento de un nuevo hermano, por ejemplo, es un tipo común de conflicto, que suele aparecer enmascarado en los juegos como reacción a procesos internos que el mismo niño desconoce, pero que le ayudarán a aceptar esa realidad, al representarse el problema de una forma nueva y grata para él, como cuando trata a su muñeco del mismo modo que él quiere ser tratado o cuando reacciona en su juego como querría haberlo hecho en la realidad. En el juego se da una adaptación entre lo imaginable (todo es posible) y lo permitido (reglas de conducta), en la que el niño tiene tiempo de aprender lo que es factible y correcto mientras permite una salida airosa a sus impulsos.

El juego es una actividad imprescindible

- El juego es necesario para el desarrollo intelectual, emocional y social.
- Permite tres funciones básicas de la maduración psíquica: la asimilación, comprensión y adaptación de la realidad externa.
- Exige ofrecer al niño el tiempo y los medios favorables para que lo pueda realizar a su modo.
- Favorece las adquisiciones sociales tempranas, las habilidades de comunicación social. Es una preparación para la vida adulta.
- Como conducta exploratoria, impulsa la creación de campos de acción y la creatividad.
- Tiene un sentido para el niño. Cuando se le interrumpe cualquier juego, se le priva del desenlace de un argumento creado por él mismo con una finalidad que no siempre alcanzamos a comprender.
Información elaborada por el Ministerio de Educación y Cultura Español

lunes, 3 de febrero de 2014

La importancia de los juegos de roles

La Importancia de los Juegos de Roles

Los juegos de roles son aquellos que permiten a los niños interpretar determinados papeles. En general, suelen ser muy recurrentes aquellos que les permiten desempeñar determinados oficios, como hacen los papás y las mamás.
Estos juegos son muy útiles, porque les permiten desarrollarse en varias áreas. Según los últimos estudios, este tipo de juegos:
  1. Desarrollan la lectoescritura: al “obligarles” al utilizar un vocabulario que, aunque han oído, no han tenido oportunidad de utilizar, por no ser parte de su vida diaria.
  2. Ayuda a mejorar la empatía: porque les permite ponerse en el lugar del otro, lo cual es muy befenicioso para la resolución de problemas y les permite tener un pensamiento más flexible.
  3. Si juegan en grupo, mejora la relación interpersonal: porque cada uno tiene un papel asumido, y el juego de varios recrea un escenario.
  4. Ayuda a evitar los roles de género: si los niños juegan con juguetes independientemente del sexo al que estuviesen asociados en el pasado.